Pierre Gonnord, es un fotógrafo autodidacta nacido en Cholet (Francia) en 1963 que vive en España desde el año 1988.
Aunque estudia Economía en Paris, y trabaja en empresas y agencias de comunicación y marketing, se dedica a la fotografía de retrato desde el año 1996. Se considera una persona afortunada, porque puede trabajar cada día en lo que más le gusta, la fotografía de retrato. Para él la fotografía es una forma de vida.
Su primera cámara fue una Minolta, propiedad de su padre, que sólo podía usar los domingos y con mucho cuidado.
A pesar de tener algunos trabajos de paisaje, su obra se centra en el retrato. Gonnord considera que el retrato en ningún caso es el reflejo del alma sino el resultado de la suma de tres intimidades: la del modelo, la del autor y la del espectador. Un espejo a través del cual cada uno puede ver e interpretar lo que considere. Porque cada persona reacciona de una manera diferente ante un mismo retrato. Considera que la fotografía tiene el poder de partir de una realidad y transportarte a otra.
Su fotografía permite dar visibilidad y luchar contra el olvido de diferentes grupos humanos, alejados de las grandes ciudades, en una sociedad muy urbanita que no ve lo que sucede fuera de su círculo. Gonnord escoge acercarse y fotografiar a personas un poco más apartadas del sistema: los gitanos andaluces, los zíngaros rumanos, las periferias de Madrid y París, los sin techo, los miembros de la yakuza, el mundo rural …
Escoge los personajes fotografiados con tiempo y dedicación. A veces necesita hacer diferentes viajes para poder conocer las personas que le puedan interesar retratar. Aunque sus personajes siempre pertenecen a un colectivo o grupo social concreto, no deja que éstos pierdan su esencia individual. Se interesa por su fuerza moral, carisma, sensibilidad … A través de ellos busca el género humano, universal y atemporal. Un equilibrio entre el componente psicológico y sociológico. Considera que es el privilegio que tiene como fotógrafo, poder cuestionar nuestra época, siempre mostrando la belleza y gran humanidad de todos los personajes.
Sus fotografías son de gran formato y con un fondo oscuro, neutral y abstracto con la intención de eliminar el contexto en el que se captura la imagen. Quiere centrar toda la atención en el individuo fotografiado. Realiza las fotografías en un estudio improvisado en casa del modelo o en su lugar de trabajo habitual con luz natural y casi siempre con un único punto de luz. Si es necesario, utiliza un pequeño flash de 500 W. Los personajes suelen estar sentados en silencio, en primer o medio plano. Intenta que los retoques sean únicamente en términos de corrección de ajustes tonales, y decide en todo momento el color dominante que quiere, y éste suele ser verde, azul o cian.
Sus retratos son comparados con cuadros de grandes maestros de la pintura como Veermer, Caravaggio o Velázquez.
Ha expuesto en múltiples galerías públicas y privadas de diversas ciudades de España, Francia, Portugal y Estados Unidos. Y también se dedica a la docencia.
Algunos de sus trabajos más destacados son: Interiors (1999), City (2001), Regards (2000-2003), Far East (2003) y Utópicos (2004-2005).
Para finalizar, recomendamos consultar algunos de sus libros en la Biblioteca de Fotografía del IEFC, donde se puede encontrar una muestra significativa de sus trabajos.
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